jueves, 19 de mayo de 2011

Apéndice. Sobre e-readers y libros digitales

Dejando a un lado el debate sobre dispositivos y aplicaciones, el negocio editorial digital está muy lejos de triunfar en el presente. Y eso después de haber creado y consolidado plenamente un segmento de mercado dispuesto a leer libros sobre pantallas. Apuntaré sólo una razón, es evidente que muchos lectores no están demasiado dispuestos a pagar por el precio que se pide. 15 euros es caro para un libro, y sobre todo es caro en una época en la que empezamos a habituarnos a escuchar primero la música antes de comprarla, a ver el trailer de la película antes de ir al cine… El negocio de la venta de libros debería ir desterrando el concepto de “compra”. Los libros en papel hace varios siglos que están disponibles en las bibliotecas, y es un modelo que funciona. Va siendo hora de crear bibliotecas virtuales, sitios web con cuentas de usuario donde por un precio asequible den acceso a descargas temporales de libros. Al igual que en la biblioteca física donde uno se lleva un libro a casa durante una semana o dos, en una biblioteca virtual un usuario puede tener acceso a un libro durante unos días, y ni siquiera necesita descargarse un archivo e instalarlo en su dispositivo: desde su cuenta accede al/los libros que está leyendo y en la página donde lo dejó. ¿Por qué no se explota este modelo de negocio?

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